en el Océano Pacífico y...
fueron rescatados con vida
A principios de noviembre de 2005, los pescadores mexicanos Salvador Ordóñez Vásquez (37 años), Lucio Rendón Becerra (27) y Jesús Eduardo Vidaña López (27), iniciaron, sin proponérselo, una aventura que jamás olvidarán, porque permanecieron nueve meses a la deriva en el Océano Pacífico, en una pequeña panga; alimentándose con gaviotas, patos y pescado, sin cocinar, todo crudo y... fueron rescatados.
El agua que bebieron, la obtuvieron de la lluvia que, para su fortuna, fue constante.
El pasado 9 de agosto, la tripulación de un barco pesquero de Taiwán, detectó en el radar, la panga que se encontraba al norte de Australia, cerca de las Islas Marshall y, rescató a los tres náufragos.
Durante los nueve meses, navegaron sin rumbo cerca de ocho mil kilómetros.
No es una novela producto de la imaginación, ni el guión de una película, es la realidad. Las voces de los pescadores, fueron escuchadas en el Noticiero de Televisa a cargo de Joaquín López Dóriga, la noche del martes 15 de agosto.
La noticia, recorre el mundo a través de diferentes medios de comunicación y, no deja de asombrar.
Como era su costumbre, los tres pescadores, salieron un día a las cuatro de la mañana de Boca del Asadero, del municipio de San Blas, del Estado de Nayarit, México, a capturar tiburón, en una panga de un poco más de ocho metros. De pronto, perdieron su equipo; al buscarlo se quedaron sin gasolina, luego azotaron fuertes vientos y, la corriente los llevó a mar abierto.
Pasaron cerca de las Islas Marías y, sin poder acercarse al no tener control de su pequeña embarcación, siguieron de largo. No se dieron por vencidos, a pesar de vivir una pesadilla que se fue prolongando por días, semanas y meses.
En una ocasión, transcurrieron quince días sin comer.
En otras, cuatro o tres, pero no perdieron la fe y estaban convencidos de que serían rescatados con vida.
Improvisaron anzuelos para capturar peces y, tuvieron éxito, aunque no siempre.
Después de mucho tiempo, a lo lejos, vieron embarcaciones una y otra vez, pero nunca acudieron a su rescate, porque no se percataron de su presencia.
Su panga, seguía la ruta que le imponían las corrientes marinas.
Antes de dormir y al despertar, leyeron la Biblia que uno de ellos llevó consigo. A diario rezaron, conversaron, tuvieron sus discusiones, luego las dejaban en el olvido y se unían de nuevo para luchar por su vida.
En dos ocasiones, estuvieron a punto de naufragar, a causa de las marejadas y, salieron adelante.
No perdieron la noción del tiempo porque uno de ellos llevaba un reloj que también marca la fecha, además tuvieron la idea de anotar los días transcurridos, con pequeñas líneas, en la pintura de su panga.
Salvador Ordóñez Vásquez, Lucio Rendón Becerra y Jesús Eduardo Vidaña López, que fueron buscados por sus compañeros durante ocho días, a partir de que no regresaron a tierra y, luego los dieron por perdidos en el mar, siguen en el atunero taiwanes que no puede interrumpir su ruta.
En el permanecerán algo así como dos semanas, antes de llegar a tierra.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Luis Ernesto Derbez, realiza los preparativos necesarios para que los tres náufragos rescatados, cuenten con los documentos y los recursos económicos necesarios, para regresar a México.
Los pescadores mexicanos, ahora delgados y hambrientos, pero en proceso de recuperación, han confesado que pensaron en la muerte, pero nunca perdieron su fe en Dios, en vivir.
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