“Drop”
de Koji Suzuki
de Koji Suzuki
Leer o limpiarse. Aquí el dilema.
“Drop” –Gota, en castellano–, del escritor japonés Koji Suzuki, ha vendido ochenta mil ejemplares y va rumbo a convertirse en un verdadero éxito –léase “best–seller”–.
La novela corta, consta de dos mil palabras, escritas –en japonés hasta el momento– en ochenta y ocho centímetros de papel.
¿Qué tiene de extraño? ¡Que está impresa en papel higiénico!
Que viene en rollo. Que en lugar de portada, cuenta con una envoltura diseñada. Que no fue publicada por ninguna editorial, sino por una empresa papelera: Hayashi Paper. Que se vende en tiendas de autoservicio y, por supuesto, también en librerías. Que es una novela de terror que se desarrolla en un baño público, pequeño, de Japón y que, se supone, el lugar ideal para leerse es… el excusado.
Su precio, el equivalente a un poco más de dos dólares.
Se podrá pensar. ¿Cuánto tiempo se requiere para leer dos mil palabras? Sin prisa, por supuesto, porque se está en un excusado. ¿Qué sucede si no se termina de leer la novela, en un baño público, porque tocan la puerta con desesperación e insistencia? ¿Se aplica la ley de los oídos sordos, aunque a la salida le recuerden a toda la familia con palabras nada amables? ¿Se lleva al rollo de papel porque se está más que emocionado con la lectura, dejando en aprietos a quien le sigue?
Entonces sería bueno enterarse de que la novela se repite treinta y cuatro veces en un rollo. Que, sin ser egoísta, hay para los que entrarán después. Cierto es que, se perderá un poco de tiempo en calcular hasta dónde llegan los ochenta y ocho centímetros; cortar, limpiarse con lo leído y, discreta o en forma descarada –que más da si se está sólo dentro de un baño–, guardarse el resto para leerla más tarde, en el excusado de la casa, con toda comodidad y calma.
Dejemos que vuele un poco la imaginación. Se publica una novela larga, de terror claro está, en papel higiénico. ¿Se imprimirá en un rollo gigante de esos que se colocan en algunos baños públicos?
Si es en tamaño normal, de seguro se llegaría a la tienda de autoservicio o a la librería, para preguntar: ‘¿Llegó el rollo número cinco’?…”.
Sin mucho esfuerzo, en casa, se pueden matar dos pájaros de un tiro: Satisfacer el gusto por leer en un excusado y, la necesidad de limpiarse.
“Drop” –Gota, en castellano–, del escritor japonés Koji Suzuki, ha vendido ochenta mil ejemplares y va rumbo a convertirse en un verdadero éxito –léase “best–seller”–.
La novela corta, consta de dos mil palabras, escritas –en japonés hasta el momento– en ochenta y ocho centímetros de papel.
¿Qué tiene de extraño? ¡Que está impresa en papel higiénico!
Que viene en rollo. Que en lugar de portada, cuenta con una envoltura diseñada. Que no fue publicada por ninguna editorial, sino por una empresa papelera: Hayashi Paper. Que se vende en tiendas de autoservicio y, por supuesto, también en librerías. Que es una novela de terror que se desarrolla en un baño público, pequeño, de Japón y que, se supone, el lugar ideal para leerse es… el excusado.
Su precio, el equivalente a un poco más de dos dólares.
Se podrá pensar. ¿Cuánto tiempo se requiere para leer dos mil palabras? Sin prisa, por supuesto, porque se está en un excusado. ¿Qué sucede si no se termina de leer la novela, en un baño público, porque tocan la puerta con desesperación e insistencia? ¿Se aplica la ley de los oídos sordos, aunque a la salida le recuerden a toda la familia con palabras nada amables? ¿Se lleva al rollo de papel porque se está más que emocionado con la lectura, dejando en aprietos a quien le sigue?
Entonces sería bueno enterarse de que la novela se repite treinta y cuatro veces en un rollo. Que, sin ser egoísta, hay para los que entrarán después. Cierto es que, se perderá un poco de tiempo en calcular hasta dónde llegan los ochenta y ocho centímetros; cortar, limpiarse con lo leído y, discreta o en forma descarada –que más da si se está sólo dentro de un baño–, guardarse el resto para leerla más tarde, en el excusado de la casa, con toda comodidad y calma.
Dejemos que vuele un poco la imaginación. Se publica una novela larga, de terror claro está, en papel higiénico. ¿Se imprimirá en un rollo gigante de esos que se colocan en algunos baños públicos?
Si es en tamaño normal, de seguro se llegaría a la tienda de autoservicio o a la librería, para preguntar: ‘¿Llegó el rollo número cinco’?…”.
Sin mucho esfuerzo, en casa, se pueden matar dos pájaros de un tiro: Satisfacer el gusto por leer en un excusado y, la necesidad de limpiarse.
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