domingo, febrero 25, 2007

La División Negada
en el Consejo

Estatal Electoral

José Luna Velázquez y Jaime Vargas Flores.

“Mi querido Raúl, ya hable con Jaime y quedamos en que, el que quede con menos de cuatro votos va a apoyar al otro. Es un pacto de caballeros y lo vamos a respetar. ¿Cómo la ves? A mí me pareció correcto...”.

José Luna Velázquez, integrante del Consejo Estatal Electoral escribió y envió el mensaje al también Consejero Ciudadano Raúl Flores Adame, antes de la celebración de la sesión pública, programada para las 19:00 horas del jueves 18 de enero, para designar al Consejero Presidente.

El pacto de caballeros no se cumplió. Ni fue correcto lo que parecía que así sería.

José Luna Velázquez, a la hora de la verdad, votó por la Consejera Marina del Pilar Olmeda García, a pesar de que se dieron las condiciones descritas en su mensaje. De nada sirvió lo hablado con el Consejero Jaime Vargas Flores. Las palabras se las llevó el viento.

El teléfono del Consejero Ciudadano Humberto Hernández Soto, recibió varias llamadas, antes de la mencionada sesión, pero dos, fueron de suma importancia, porque quienes las hicieron eran personalidades del campo educativo en la Entidad, que pretendían indicarle la línea a seguir, al momento de elegir al Consejero Presidente.

Una, fue del Rector de la Universidad Autónoma de Baja California, Gabriel Estrella Valenzuela y, otra, del Secretario de Educación y Bienestar Social en el Estado, Oscar Ortega Vélez. Con atención les escuchó. Sobra decir, que la indicación era que favoreciera con su voto a la Consejera Marina del Pilar Olmeda García, para que se convirtiera en la Consejera Presidenta, aduciendo que se trataba de una distinguida universitaria.

Humberto Hernández Soto fue respetuoso. Sabe de la importancia que tienen tanto la Secretaría como la Universidad en el campo educativo de Baja California, pero también está consciente, que los titulares de ambas, no tienen por qué intervenir en forma directa o indirecta, en la designación del Consejero Presidente del Consejo Estatal Electoral. Fue honesto con su manera de pensar y no votó por Marina del Pilar Olmeda García, porque consideró que la persona indicada para dirigir los destinos del Consejo, era Jaime Vargas Flores, dada su experiencia adquirida en el Instituto Federal Electoral (IFE) y en el mismo Instituto Estatal Electoral (IEE).

No falta quien asegure que Humberto Hernández Soto, recibió una llamada más: La del doctor Cuauhtémoc López Guzmán, Director de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la UABC, sin que se precise si la conversación sostenida, tuvo que ver con otro intento de marcar línea o fue un simple saludo entre universitarios.

Entre los consejeros, hubo reuniones previas, tirantes, a fin de llegar a un acuerdo que, no se alcanzó. Que José Luna Velázquez quería ser Consejero Presidente, pero no tenía votos a su favor; que se pensó en Tonatiuh Guillén López, pero declinó (no falta quien diga que no durará mucho de Consejero, por cuestiones personales, relacionadas con su actividad profesional, en el Colegio de la Frontera Norte y que Guadalupe González Rubio, el Consejero Supernumerario, está más que listo para sustituirle) y, al final, seguían pugnando por llegar a la Presidencia Marina del Pilar Olmeda García y Jaime Vargas Flores.

A pesar de que Jaime Vargas Flores tenía cuatro votos a favor (incluyendo el propio) no logró durante aquella sesión pública, que por cierto se inició minutos después de lo programado, los cinco votos requeridos para convertirse en Presidente. Tres rondas con los mismos resultados: Cuatro votos a favor de Vargas Flores y tres para Olmeda García.

Marina del Pilar Olmeda García.

Los del primero fueron de: Víctor Alarcón Requejo, Humberto Hernández Soto, Raúl Flores Adame y, el propio. De la segunda: Tonatiuh Guillén López, José Luna Velázquez y, el propio.

La decisión quedaba en manos del Congreso del Estado.

Cierto es que los resultados, en nada favorecieron a la desgastada y devaluada imagen del Consejo Estatal Electoral y, por lo tanto, del Instituto Estatal Electoral.

Parecía increíble que los consejeros ciudadanos, cuya participación en la organización del proceso electoral estatal, es de gran importancia, no fueran capaces de resolver sus diferencias y elegir al Consejero Presidente.

Un triste papel a causa de férreas posturas personales y las satanizaciones.

Pero no todo acabó ahí ni se esperó la decisión del Congreso del Estado.

Resulta que el miércoles 24 de enero, a partir de las 19:00 horas, el Consejo Estatal Electoral, celebró su primera sesión extraordinaria, presidida por Raúl Flores Adame. Y, de nuevo: Que fue ilegal, que fue para presionar la decisión del Congreso del Estado; que bajo protesta fue la participación de tres consejeros: Guillén López, Luna Velázquez y Olmeda García; que Rubén Ernesto Armenta Zanabia, representante del Partido Acción Nacional, aprovechó y le tiró hasta con la cubeta a Flores Adame y a Vargas Flores, sin mencionar su nombre, pero con el aviso de ustedes saben de quien se trata; que Ezequiel Robinsson Ramírez, rindió su protesta como representante del Partido de la Revolución Democrática y, minutos más tarde, criticó la sesión porque no tenía validez alguna, pero además, “balconeó” a la Secretaria Fedataria, licenciada Graciela Amezola Canseco, porque envió un escrito en el que advertía la invalidez de la sesión. ¿Quién ordenó a la Secretaria Fedataria enviar el famoso oficio?

Todo un gran espectáculo.

La Consejera Olmeda García, leyó un documento (sintetizó algunas de sus partes) en el que fundamentó por qué dicha sesión extraordinaria, desde su convocatoria hasta su celebración, estaba viciada y, por lo tanto, los acuerdos o resoluciones que se tomaran, también estarían viciados y hasta podrían ser impugnados.

Ahí de pasadita, como no queriendo, recordó su participación en las aulas universitarias, olvidando por el momento que es toda una Consejera y que sale sobrando el señalar que se enseña o no se enseña en las aulas universitarias. ¿Acaso tiene necesidad de estos argumentos para fortalecer su prestigiada imagen? No.

Y luego vino la esperada intervención del diputado Obed Silva Sánchez, representante del Partido Revolucionario Institucional y, con esa calma muy suya, demostró su amplia experiencia al hacer señalamientos directos a quienes les antecedieron en la palabra. Y, como se dice: No dejó títere con cabeza.

Diputados Carlos Astorga Othón, Obed Silva Sánchez
(al centro) y Raúl López Moreno.

Conclusión: Se presentó ante los asistentes, a un Consejo Estatal Electoral, dividido. Se demostró una vez más que Obed Silva Sánchez, es un experto en materia electoral que, con facilidad dejó en claro que hay quienes hablan de una forma y actúan de otra. Que se hicieran discretos comentarios sobre que Ezequiel Robinsson Ramírez, lleva los colores perredistas bañados de azul PAN y que, Acción Nacional, a través de Rubén Ernesto Armenta Zanabia, ratificó el odio profundo que se le tienen a Raúl Flores Adame y a Jaime Vargas Flores.

Además quedó comprobado durante la sesión: Que el Partido Nueva Alianza, representado por Sadot Alexandres Campos, iría en alianza con el Partido Acción Nacional.

Algo positivo vino días más tarde: El Congreso del Estado después de dos rondas sin resultados, llegó a una tercera en la que Víctor Alarcón Requejo, fue electo por unanimidad Presidente del Consejo Estatal Electoral. Positivo, porque los diputados de las diferentes fracciones parlamentarias, que participaron en la sesión, coincidieron en que era la persona indicada para presidir el organismo. Sin embargo, no fue suficiente para que las tensiones entre los dos grupos de consejeros, disminuyeran.

En una conversación sostenida con Alarcón Requejo, cuando ni siquiera se pensaba que él pudiera ser electo Presidente, nos señaló que, esa etapa de posturas por la Presidencia era una especie de turbulencia temporal, porque lo más importante, no es la elección del Presidente, sino el proceso electoral.

Pero la turbulencia continuó el martes 30 de enero en plena sesión, cuando se abordó el tema de la designación de los directores del Instituto Estatal Electoral y del Registro Estatal de Electores, cargos que desempeñaban Javier Lázaro Solís Benavides y José Pablo Angulo Cuadras.

Cabe mencionar que en esa misma sesión, rindió su protesta como representante de Acción Nacional, el diputado Carlos Astorga Othón, en lugar de Armenta Zanabia. No faltaron los comentarios en voz baja, en el sentido de que Armenta Zanabia, “todavía está verde”, aunque otros, son en el sentido de que está muy preparado en materia electoral.

Fueron cinco horas de sesión, con todo y sus prolongados recesos; de inconformidades por “acordar en lo oscurito” cuatro de los consejeros, por supuesto, sin que intervinieras los tres restantes; de fuertes discusiones sobre la designación, ratificación o renuncia de Solís Benavides y Angulo Cuadras, quienes al final de cuentas, quedaron fuera sin que se argumentara a satisfacción de tres consejeros y representantes de partidos los motivos que se tenían para despedirlos.

Bueno, hasta la Secretaria Fedataria la metieron en la turbulencia, sin querer, a petición de un representante de partido, para que orientara, pero quedó a la vista de propios y extraños que su inesperada participación fue aprobada porque no quedó otro camino y que su permanencia en el Consejo Estatal Electoral, tiene sus días contados. Salió bien librada del apuro dada su amplia experiencia y respeto por la institución.

La tensión se sentía en el ambiente y, pronto el volcán hizo erupción, cuando el diputado Carlos Astorga Othón, buscó acabar con el quórum necesario para la toma de decisiones, a favor o en contra. Tras de que se iba y no se iba, al final se fue, después de que lo hiciera, visiblemente molesto, el representante del Partido de la Revolución Democrática Ezequiel Robinsson Ramírez. Pero eso no fue todo. Tres consejeros ciudadanos, también abandonaron la sala. Así es: Tonatiuh Guillén López, José Luna Velázquez y Marina del Pilar Olmeda García.

Entonces, Guadalupe González Rubio, con sorprendente agilidad ocupó su lugar en el Consejo, levantó la mano a favor y fueron designados Arturo Camacho Quintana, Director interino del IEE y, Giovanni Adame Alba, Director interino del REE.

La sesión llegó a su fin y, Víctor Alarcón Requejo, respiró profundo.

A pesar de que se niega la división, queda a la vista.

Nadie, de los dos grupos de consejeros, cede ni un milímetro.

Víctor Alarcón Requejo y Graciela Amezola Canseco.

El grupo integrado por Víctor Alarcón Requejo, Raúl Flores Adame, Humberto Hernández Soto y Jaime Vargas Flores, es sólido, pues quedó demostrado que, ni intervenciones externas, ni satanizaciones, podrán fracturarlo.

Otro grupo, el formado por Tonatiuh Guillén López, José Luna Velázquez y Marina del Pilar Olmeda García, también ha comprobado su solidez. Minoritario si se quiere, pero Guillén López y Olmeda García, han fundamentado sus posturas y el por qué no están de acuerdo con las decisiones del grupo de los cuatro.

La tensión en el Instituto Estatal Electoral, está clara. Se supone que habrá más cambios o “salidas”. No era un secreto que a más tardar el 14 de febrero, se iría la Secretaria Fedataria, licenciada Graciela Amezola Canseco.

Y también están las bromas: Se habla de “Los Cuatro Fantásticos”, de “Los Tres Mosqueteros” y de “La Chica Superpoderosa” que, a su salida, se quedó sin poderes. Sobra hablar de sus respectivas identidades.

Cabe recordar aquellas palabras que expresó Víctor Alarcón Requejo de que, había una especie de turbulencia temporal, pero que lo más importante es el proceso electoral en Baja California.

domingo, febrero 18, 2007

Un final con fuerza
Irma Martínez Manríquez


A finales del 2006, se fraguó en la Sección 2 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, un complot para desestabilizar a la Secretaria General, Irma Martínez Manríquez, en los últimos meses de su periodo estatutario, a fin de que llegara sin fuerza y desprestigiada al Congreso en el que se elegiría a quien le sucedería en el cargo.

La intriga fracasó, por esos imprevistos del destino, más que por el arrepentimiento de sus autores.

En enero del 2007, la dirigente seccional, que se enteró con toda oportunidad del complot, recibió la noticia de que se irá al Senado de la República, para ocupar el lugar del profesor Rafael Ochoa Guzmán, quien destinará el tiempo necesario para atender su cargo de Secretario General Ejecutivo, en el SNTE.

No hay que olvidar que Martínez Manríquez, es la suplente de Ochoa Guzmán.

Pero eso no es todo.

Después de recibir las instrucciones correspondientes, en Culiacán, Sinaloa, durante un evento presidido por la máxima dirigente del sindicato, profesora Elba Esther Gordillo Morales, Irma Martínez Manríquez, regresó a Baja California, con un respaldo y poder de decisión inesperado, para sorpresa y desagrado de sus complotistas detractores, al grado de que es ella la que está preparando asuntos relacionados con su sucesión.

Tal y como sucede en estos casos, surgen versiones y más versiones sobre los sucesos relacionados.

Van algunas.

Se cuenta y no precisamente en secreto, que en la reunión de Culiacán, que tuvo lugar en enero pasado, para dejar una muestra del respaldo que tiene la todavía dirigente de la Sección 2, la profesora Gordillo Morales, dio instrucción directa y precisa, así es, directa y precisa, al profesor Rafael Ochoa Guzmán, de que no permitiera, por ningún motivo, que tres personas metieran las manos en el proceso de sucesión, programado para que se concluya, a más tardar y si no hay cambios de última hora, en marzo del presente año.

¿Quiénes son estas personas?

Nada menos que Carlos Angulo Rentería, Efraín Monrreal Gastélum y José Peñuelas Hermosillo, todos ellos ex secretarios generales de la Sección 2. “Ellos hicieron en su momento lo que tenían que hacer”, palabras menos, palabras más, fue el comentario de Gordillo Morales.

No es un secreto que los tres todavía tienen influencia y seguidores en la Sección 2 y que, por supuesto, les agradaría que uno de ellos fuera el sucesor de Martínez Manríquez.

Tal vez, el caso más sonado de ingerencia, una vez concluida su gestión, fue el de Peñuelas Hermosillo. Fueron múltiples los comentarios en el sentido de que, después de dejar la Secretaría General seccional, buscó influir en las decisiones que se tomaban cuando el cargo quedó en manos del profesor Julio Peralta Esteva y él era el candidato priísta a una diputación federal.

Es más, se ha sentido tan respaldado por Rafael Ochoa Guzmán, que trascendieron sus intentos de “meter mano” en la designación de cargos de la Sección 37 del SNTE, cuando se eligió a Carlos Antonio Castro García, para la Secretaría General.

Total, el comentario que se afirma, se hizo en enero, da una idea de que se puede esperarse en la lista de aspirantes a suceder a Irma Martínez Manríquez.


Y siguen las versiones.

De que la Secretaria General, con el objeto de que se continúe con su proyecto de trabajo, que ha dado buenos resultados, tomará parte en la integración del cuerpo del nuevo Comité Ejecutivo Seccional, más no tendrá decisión en la cabeza. Claro, en su momento, todo esto se realizaría con la participación de los delegados al Congreso.

¿Y las versiones sobre los aspirantes? También múltiples.

La lista de “posibles” se ha depurado y la dejan en cuatro. Hay dos que no les dan muchas posibilidades, pero se siguen mencionando y, otros dos, con pocas probabilidades y les llama comodines o emergentes.


Van los nombres de los cuatro:

Arcelia Galarza Villarino, Coordinadora de la Región Tijuana.

Ovidio Gil Villarello, Secretario de Organización.

Rigoberto Ramírez Godínez, Secretario de Finanzas.

Carlos Sánchez Duarte, Secretario Técnico.

De los dos que se mencionan, pero les dan pocas posibilidades y es fácil imaginar por qué:

Alejandro Armenta Martínez, Secretario de Carrera Magisterial.

Jesús Ramírez Estrada, Contralor General.

Los comodines o emergentes.

Mario Trinidad Aispuro Beltrán, Secretario de Patrimonio Sindical.

Julio Medina Quiroz, Secretario de Promociones Económicas.

Quienes afirman estar bien enterados, consideran que, en este momento, no hay nada decidido, para nadie.

¿Qué dicen de Galarza Villarino? Que es gran amiga de Irma Martínez Manríquez y que esto le puede favorecer, aunque se diga que la ya mencionada como Senadora, no decidirá la cabeza.

¿De Ovidio Gil Villarello? Que está esperanzado a que se le reconozca su trabajo y lealtad al proyecto de la Secretaria General y a la disciplina demostrada en anteriores procesos electorales, a pesar de que llegó a tener la mayoría de los delegados. En pocas palabras, que es institucional.

¿De Rigoberto Ramírez Godínez? Que se muere por ser Secretario General. Es considerado la “La esperanza Peñuelista”, aunque el insiste que su proyecto nada tiene que ver con José Peñuelas Hermosillo, del que no niega que, en otro tiempo, coincidió con sus ideas. Por otra parte, se le reconoce su habilidad para quedar bien con todos los aspirantes, por si queda o no queda. Se asegura que tiene un pacto con Galarza Villarino, pero que los pocos o muchos seguidores del controvertido “Rigo”, no quieren nada con ella por su carácter y su falta de tacto para unir criterios.

¿De Carlos Sánchez Duarte? Es una persona de confianza de Irma Martínez Manríquez, sobre todo cuando se trata de atender conflictos laborales. Que es una persona amable y sencilla. Y le empiezan a poner “peros”: Que a la hora de la verdad, no tendría poder de decisión.

Vamos con los dos con menos posibilidades.

Que Alejandro Armenta Martínez, está acabado pero no lo quiere reconocer y que, sus seguidores, deberían sumarse a Jesús Ramírez Estrada, quien se mantiene cauto y, por si las dudas, no dice nada, pero nada.

De los comodines o emergentes.

Mario Trinidad Aispuro Beltrán, bien relacionado con Irma Martínez Manríquez, pero sin equipo.

Julio Medina Quiroz, ha corregido errores, busca fortalecer sus relaciones pero, ese maldito pero, que todavía está verde.

Conclusión: No es de dudarse que en cuestión de días se tenga más elementos para comentar sobre los aspirantes. Algunos, seguro que serán eliminados de la lista y, al final de cuentas, no pasarán de tres los nombres de quienes en verdad tengan posibilidad de llegar a la Secretaría General, en donde por mala suerte para ellos, sólo uno arribará.

Rafael Ochoa Guzmán
Irma Martínez Manríquez
Arcelia Galarza Villarino
Ovidio Gil Villarello
Rigoberto Ramírez Godínez

Carlos Sánchez Duarte