viernes, febrero 15, 2008

La triste historia
de una vacante importante

Víctor Alarcón Requejo

El principio fue la renuncia de Miguel Ángel Torres Ponce, a la Dirección General del Instituto Estatal Electoral y, el final, la propuesta de Antonio Solano Larrañaga, como su sucesor, para que sea analizada por la Comisión de Reglamentos y Asuntos Jurídicos.

En el tiempo transcurrido entre los dos sucesos, dos consejeros ciudadanos abandonaron las instalaciones del Instituto Estatal Electoral, después de esperar una hora el inicio de la Primera Sesión Extraordinaria del Consejo Estatal Electoral, a la que fueron convocados; casi al mismo tiempo, representantes de partidos políticos que esperaban en la sala de sesiones “Luis Rolando Escalante Topete”, hicieron lo mismo. En ambos casos las acciones fueron por falta de respeto al tiempo de las personas y sus cargos.

Por un descuido del Secretario Fedatario y de los consejeros presentes, incluyendo al consejero Presidente, un representante de partido rindió su protesta en dos ocasiones, el mismo día, con diferencia de un poco más de tres horas y ante el mismo cuerpo colegiado, porque en la primera, lo hizo sin quórum legal.

Tras un largo receso y fuertes discusiones, al grado de subir los decibeles de la voz, se eligió Directora Encargada de la Dirección General, a Ana Laura Aguilar Ramírez, quien rindió su protesta y, renunció al cuarto día, en el que, por unas horas, “se perdió” en las oficinas del Instituto, su renuncia escrita –a pesar de que circularon copias de la misma– que, porque el contenido del texto se iba a cambiar, por instrucciones del Presidente del Consejo Estatal Electoral.

Trascendió que además de los motivos expresados en el documento –al final no hubo cambios–, en la decisión de Aguilar Ramírez influyó un integrante de la XIX Legislatura de Baja California, que le advirtió del riesgo que implicaba el quedarse en el cargo.

La convocatoria para la Primera Sesión Extraordinaria del Consejo Estatal Electoral, indicaba las 13:00 horas del jueves 24 de enero de 2008. Minutos antes de la hora, representantes de partidos políticos se encontraban en la sala de sesiones. Entre ellos, Ana Elizabeth López Sotelo –de Convergencia– que saludaba sonriendo a varios de los presentes; Rogelio Robles Dumas –Nueva Alianza–, permanecía en su lugar; a su vez, en su silla correspondiente, estaba serio, Ildefonso Chomina Molina –Verde Ecologista de México–; Jorge Eugenio Núñez Lozano –Estatal de Baja California–, se dirigía a la suya, saludó a quien se encontró a su paso; Ezequiel Robinson Ramírez –Revolución Democrática– conversaba con una persona; el consejero José Luna Velázquez, entró a la sala, observó, conversó con otras y salió. Alejandrina Saguchi, encargada de prensa del Partido Revolucionario Institucional, presentó a los periodistas a Juan Manuel Lomelí Bolaños, como sucesor de Obed Silva Sánchez, en la representación del organismo político ante el Consejo. Luego entraría a la sala, Omar Verdugo Barba –Acción Nacional.

En esos momentos, en el área de oficinas y cubículos, donde trascendió que aún no había consenso para proponer a quien pudiera ser el nuevo Director General del IEE, un periodista solicitó una entrevista al consejero Presidente Víctor Alarcón Requejo, quien aceptó. Otro periodista escuchó y preguntó si podía estar presente. Aceptado. Una periodista, se dio cuenta y expresó que también deseaba sumarse. Aceptada. A los dos minutos, la sala de juntas, se encontraba llena de periodistas, camarógrafos y fotógrafos. La entrevista, se convirtió en conferencia de prensa.

Acompañaba a Alarcón Requejo, el consejero Jaime Vargas Flores, quien se sentó a su lado. De las respuestas, se encargó el primero y, en una ocasión intervino, breve, Humberto Hernández Soto, que se sumó a los dos primeros.

Vargas Flores, observaba y, minutos después, de pronto, dejó su asiento para salir de la sala de juntas.

Miguel Ángel Torres Ponce

¿Fue una renuncia presentada por Miguel Ángel Torres o fue a causa de la pérdida de confianza? –se preguntó.

– Me acompaña mi compañero consejero Jaime Vargas. Es miembro de la Comisión de Fiscalización.

“Los integrantes de la Comisión de Fiscalización se reunieron en Tijuana –explicó Alarcón Requejo, con voz pausada–, un servidor y otros consejeros fuimos invitados, no somos miembros de la Comisión, pero como miembros del Consejo.

“El motivo de la renuncia, es derivada de cuestiones de salud, no se si lo recuerdan –miró a los periodistas a través de sus lentes graduados–, en alguna ocasión, en una sesión, me parece a finales de diciembre, les decía que no estaba presente el Director General por motivos de salud y, efectivamente, el licenciado Miguel Ángel Torres Ponce, desde que entró al Instituto, tiene un problema en el colon.

“Durante todo el proceso electoral se atendió el padecimiento. Él me comentó que aprovecharía los primeros días de diciembre en que la actividad bajaba en el Instituto, para operarse. Sin embargo, vino otra serie de cuestiones en diciembre y no se operó. El nivel de trabajo, la intensidad del proceso, todo eso hizo crisis en su salud.

“Por eso nos dijo que tenia la intención de presentar su renuncia y eso fue hace tiempo. Ya la presentó”.

Le cedió la palabra a Hernández Soto, quien dijo:

– Tomamos en consideración de que viene un proceso, donde se presenta voluntariamente una renuncia con el carácter y el sentido que se ha expresado, por motivos de salud y, la Comisión de Fiscalización escucha esos argumentos y por supuesto, como consejeros también tenemos que ser parte implícita de darle seguimiento a ese proceso, y creo que por lo menos en cuanto es a la Comisión, cuando se trata de elementos de salud por supuesto que son la base fundamental para un proceso de reconocimiento de una renuncia voluntaria.

– Ya con la renuncia ¿continuarán con la investigación de los manejos administrativos de Miguel Ángel Torres? –siguieron las preguntas.

– No. Lo que sucede, los conceptos que tú dices de manejos, la Institución tiene por ley una permanente y constante revisión de todos los procesos, de todos los tramites que se hacen, no se hace un trabajo de investigación especifica, el trabajo que se hace es general dentro de la Institución…

– ¿Hay consenso sobre qué persona va a relevar a Miguel Ángel Torres?

Víctor Alarcón Requejo, regresó a las respuestas:

– Hemos platicando entre los consejeros, en realidad hay consenso con todos, con los nombres que se han difundido a través de medios, de Ana Laura Aguilar, Víctor López, Antonio Solano, arquitecto Arce, afortunadamente, los consejeros tenemos conocimientos de ellos y, es cuestión nada más de minutos, si nos dan un ratito llegamos a un acuerdo en el consenso.

Ana Laura Aguilar Ramírez

– El consejero Raúl Flores Adame se negó a asistir a la sesión, por no estar de acuerdo con ustedes ¿El está obligado a asistir?

– Si, es obligación participar en las sesiones del Consejo, lo que esperamos seguramente es algún escrito del consejero Raúl Flores, sobre su ausencia el día de hoy, como siempre ha ocurrido. Cuando un Consejero se ausenta, presenta un documento en el que justifica y sustenta su ausencia.

– ¿Porque la prisa?... Se habla de diferencias fuertes entre consejeros, en varias ocasiones públicamente fueron presentadas algunas opiniones en contra del licenciado Miguel Ángel.

– ¿Las diferencias entre quienes? –preguntó Alarcón Requejo.

– Entre consejeros con el Director –le respondieron.

– Este es un lugar donde trabajan personas y, obviamente, hay puntos de vista distintos, nosotros siempre aspiramos a la unanimidad, pero cuando no se puede, lo que viene es la mayoría calificada y cuando no, la mayoría.

“Si es un anhelo, un sueño, un deseo de todos tener la unanimidad siempre, pero es normal que existan opiniones distintas, lo que si te puedo decir y, se a qué se refiere la pregunta, como hubo una versión respecto a la salida de Miguel Ángel, como hoy decimos que es motivo de salud, hay un consenso de que es cierto, eso no es falso, es verdad. También es cierto que la salida es pacifica, que no es cacería, que no es persecución…”.

– ¿Es cierto que renunció ayer –23 de enero– oficialmente?

– El documento. El acuerdo ya venia con días.

– Hubo declaraciones de Miguel Ángel Torres, incluso de que el iba durar hasta el 2010, porque había sido nombrado para ese periodo de 3 años, pero ahora que habla de cabildeo ¿quiere decir que la labor de Miguel Ángel Torres fue honrada, magnifica...? ¿Le van hacer algún reconocimiento por su labor?

– Yo diría sin adjetivos, porque en los adjetivos cabe todo, lo que te puedo decir a reserva de que quiera hacerlo el consejero –Humberto Hernández Soto– como Presidente de la Comisión, es que en el documento que se entrega para termino de gestión de la que realizo el licenciado Miguel Ángel Torres Ponce, no hay elementos que descalifiquen…

“Lo reitero, lo oficial, lo documentado, lo verdadero, lo que queda en el Instituto, hasta el corte, sin adjetivos hay un termino, sin materia para demandas penales…”.

Al concluir la conferencia, Alarcón Requejo, se dirigió a su oficina, sin prisa. Recibió y respondió mensajes en su celular, conversó con un periodista y, cuando estaba de pie, cerca de la puerta, le avisaron que la consejera Marina de Pilar Olmeda García, se retiraba al igual que el consejero José Luna Velázquez.

Salió y se encontró con Jaime Vargas Flores, quien sin dirigirse a nadie en especial dijo:

– No puede irse, por eso le pagan, para estar aquí.

Olmeda García, no escuchó, con unos documentos sobre su antebrazo derecho, salió de las instalaciones y se dirigió a su vehículo.

– Se fueron los representantes de partido –informaron a Alarcón Requejo.

Hubo comentarios de que Ana Elizabeth López Sotelo, era la culpable; no, que el culpable fue Omar Verdugo Barba; no que...

– Vamos a la sala de sesiones –dijo Alarcón Requejo.

Juan Manuel Lomelí Bolaños, al rendir una de las protestas

La sesión programada a las 13:00 horas, se inició a las 14:05; Daniel García García, Secretario Fedatario, informó que no había quórum legal, pero a pesar de ello, Juan Manuel Lomelí Bolaños, rindió su protesta y, fue el único representante de partido que estuvo presente. Se citó a una nueva sesión para las cinco de la tarde, estuvieran quienes estuvieran.

Y estuvo la mayoría.

Los consejeros ciudadanos supernumerarios Guadalupe González Rubio y Marina Ceja Díaz, fueron llamados a ocupar su lugar en el Consejo. El primero lo hace desde que saliera Tonatiuh Guillén López y, la segunda, porque faltó el consejero numerario Raúl Flores Adame.

Fue una sesión acalorada desde el inicio. De pronto, Rogelio Robles Dumas, advirtiendo que no era nada personal, señaló que hubo una irregularidad en el caso de la toma de protesta a Lomelí Bolaños. El Secretario Fedatario, frunció el entrecejo, hizo un comentario al Consejero Presidente y, el representante priísta, rindió de nuevo su protesta.

Tras algunas discusiones en torno a la vacante en la Dirección General, se declaró un receso que duró más de tres horas y, al regreso, continuaron las intervenciones en torno al mismo tema: La renuncia de Torres Ponce y la designación de su sucesor o sucesora. Se habló de más tiempo para decidir; que la Comisión de Reglamentos y Asuntos Jurídicos, analizara la propuesta y rindiera su dictamen; de escuchar propuestas de otros organismos, ajenos al Instituto. Entonces Alarcón Requejo, hizo otra propuesta: Que no se designara titular, sino a una persona Encargada de la Dirección. Argumentos a favor sobraron y, también en contra, entre ellos, de que no existía legalmente la figura de “Encargado del despacho”.

Alarcón Requejo, movía constantemente sus hombros y su cabeza; cruzaban comentarios en los que intervenía Daniel García García y Flores Vargas.

Al final se aprobó la propuesta. Se sometió a votación el nombre de Ana Laura Aguilar Ramírez. Resultaron cuatro votos a favor –Víctor Alarcón Requejo, Jaime Vargas Flores, Humberto Hernández Soto y Marina Ceja Díaz–. Tres en contra –Marina del Pilar Olmeda García, José Luna Velázquez y Guadalupe González Rubio.

Se llamó a la recién electa y, sin sacudirse el nerviosismo, rindió protesta.

Se clausuró la sesión. Los consejeros ciudadanos, empezaron a salir de la sala, al igual que los representantes de partido. Quedaban pocas personas y, algunas de ellas escucharon el reclamo que Víctor Alarcón Requejo, de pié, hacía a Guadalupe González Rubio:

– Compañero ¿en qué habíamos quedado?

– Es que… –alcanzó a decir González Rubio, también de pie.

– Tú hiciste la propuesta –continuó Alarcón Requejo.

– Sí, pero no fue la que tú planteaste…

Esa misma noche, trascendió que la documentación presentada por Ana Laura Aguilar Ramírez, no estaba completa.

– Pues ¿quién integró su expediente?

– Debieron dar tiempo a la Comisión de Reglamentos y Asuntos Jurídicos. ¿Por qué tanta prisa?

Rogelio Robles Dumas

El lunes 28 de enero, a las 9:30 horas, cuatro días después, Ana Laura Aguilar Ramírez, reunió a personal del Instituto y, anunció su renuncia.

Y, empezaron los rumores.

Que la recibió por escrito el Secretario Fedatario, Daniel García García; que no era cierto, porque no se encontraba en la oficina; que se sacaron copias de la renuncia y llegó a medios de comunicación; que el original se perdió, nadie lo encontraba. Que lo debería de tener fulana, sutana, mangana o, perengana, pero nada de nada, que el consejero presidente Víctor Alarcón Requejo, fue informado por teléfono y, se enojó, a tal grado que dio órdenes para que se cambiara el contenido del documento, que…

Y, entonces, fue cuando el consejero José Luna Velázquez solicitó una copia de la renuncia y, le informaron, así es, le informaron que no se la podían entregar porque, por instrucciones del Consejero Presidente, se cambiaría el contenido de la renuncia presentada por Ana Laura Aguilar Ramírez. Se sorprendió por la respuesta que le dieron y expresó:

– Pero ¿cómo es posible…?

Brotaron preguntas sin respuesta entre propios y extraños.

¿Fue engañada? ¿Sorprendida? ¿Por qué no se retiró a tiempo? Si fue porque no había consenso ¿por qué rindió protesta?

Surgió una versión que, en ningún momento fue oficial: Renunció porque el diputado Antonio Cano Jiménez, orientó a Ana Laura Aguilar Ramírez, para que renunciara al puesto porque eran muchos los riesgos que corría como encargada de la Dirección General del IEE y, por como se había dado su elección.

– Pero ¿por qué Cano Jiménez? –preguntamos.

– Aahh, eso no sé y no creo que se sepa –nos respondieron.

El documento no se modificó. Apareció el original que estaba guardado a siete llaves en un cajón y, se siguieron sacando y repartiendo copias.

El miércoles 30, a partir de las 12:38 horas, se inició la prime

ra reunión ordinaria del Consejo. Ese día, no asistió el consejero Humberto Hernández Soto.

Jorge Eugenio Núñez Lozano

Entre los temas abordados: La designación del sucesor de Miguel Ángel Torres Ponce; los bonos, aguinaldos o dieta, que se entregaron a algunos consejeros en diciembre y, por fin, llegó la propuesta del Consejero Presidente para que ocupe la Dirección General del IEE: Antonio Solano Larrañaga.

Y, la documentación se entregó para su análisis y dictamen, a la Comisión de Reglamentos y Asuntos Jurídicos, presidida por la consejera ciudadana Marina del Pilar Olmeda García, tal como se propuso que se hiciera con la de Ana Laura Aguilar Ramírez, pero… no se hizo.