lunes, junio 18, 2007

En la Sección 2 del SNTE
ataques a Rafael Ochoa;
Elba Esther en su defensa

Carlos Rubén López Dado y Arcelia Galarza Villarino.

Los ataques eran severos y directos contra Rafael Ochoa Guzmán, Secretario General Ejecutivo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Con toda su energía, engallado, ante docenas de presentes, Rogelio Alejandro Gudiño Valenzuela, del Colegiado de Negociaciones, de la Sección 2, respaldaba sus palabras con movimientos de sus manos. Miraba a través de los cristales de sus lentes, a diferentes lugares del salón. Se sentía seguro: El dirigente nacional, es el culpable de todo lo malo que sucede en la organización sindical en Baja California.

Envalentonado, también intervino Ernesto Torres, Secretario Particular de Irma Martínez Manríquez, en el Senado.

Sólo faltó que dijeran en que día y de qué se iba a morir Ochoa Guzmán.

¿Qué dijo el acusado en respuesta a los crudos y directos señalamientos? Nada, así es, nada, porque… no estaba presente.

A lo largo de tres días, en Tijuana, hubo de todo en el SNTE. Ochoa Guzmán se reunió con ex Secretarios de la Sección 2, buscando conocer con más detalles que ha sucedido y que sucede en la organización. Un par de ellos, no asistió.

En esos días, se demostró que, subirse a un ladrillo, resulta peligroso para algunas personas.

Se registraron comentarios en voz alta y baja, contra un ex secretario general en especial y, algunos de sus amigos.

Hubo rostros pálidos.

Una reunión del dirigente con representantes de los comités de Resistencia Municipal, con Ochoa Guzmán, en el Hotel Lucerna.

Y, los ex secretarios generales de la Sección 2, por algunos minutos sintieron que serían llevados al Distrito Federal, “en cuerda”, como en el pasado se llevaba a los presos al penal de las Islas Marías.

Vamos por partes.

El profesor Rafael Ochoa Guzmán, Secretario General Ejecutivo, del SNTE, estaba reunido con ex secretarios generales de la Sección 2, analizando la situación por la que atraviesa la organización sindical en Baja California, encabezada por Arcelia Galarza Villarino y, cuales podrían ser posibles soluciones.

Se hacía un análisis frío y realista.

Se fueron hasta la realización del Congreso Extraordinario celebrado el 16 y 17 de marzo en Tijuana; y se abordaron los errores cometidos durante el mismo, las acciones previas y las que se realizaran en esos dos días, para designar a la sucesora de Irma Martínez Manríquez y, por lógica, las inconformidades dejadas a causa de los excesos.

Igual se comentó de la prepotencia y soberbia que para nada ocultan Arcelia Galarza Villarino y algunos de sus más cercanos e incondicionales colaboradores al actuar ante sus representados; de su inexperiencia y de su equivocada posición al no bajarles, en el momento oportuno, la información necesaria sobre la nueva Ley del Issste.

Estaban con el dirigente nacional: Carlos Angulo Rentería, José Estrada Alvarado, Efraín Monrreal Gastélum, Filemón Montoya Jiménez, José Peñuelas Hermosillo y Antonio Villa Hinojosa. Del grupo, formó parte una persona que no ha sido Secretario General de la Sección 2: Jesús Villa Vega, pero que, se ve, tiene su peso en la política sindical.

Rigoberto Amador Soto y Ramón Zúñiga Romero.

No estuvieron presentes Rigoberto Amador Soto y Ramón Zúñiga Romero. Las versiones: Que se negaron a asistir a la reunión o que no pudieron por causas de fuerza mayor pero, cierto es que, después se reunieron con el profesor Rafael Ochoa Guzmán, en privado y en buenos términos.

Esto sucedía en las instalaciones de un hotel de Tijuana.

A partir de ese momento y, hasta el jueves, con la presencia de la profesora Elba Esther Gordillo Morales, se dieron situaciones extrañas que provocaron desconcierto, al grado de que se comenta y no precisamente en secreto que Irma Martínez Manríquez, junto con Arcelia Galarza Villarino y algunos de sus íntimos colaboradores, armaron una campaña de desprestigio en contra del profesor Rafael Ochoa Guzmán, con el propósito de “ablandarlo” porque se cree que Irma, actual Senadora de la República, puede ser la sucesora de Gordillo Morales, en la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE.

No hay duda, en ocasiones, el subirse a un ladrillo, provoca vértigo.

Estábamos con que había una reunión importante en hotel Camino Real de Tijuana.

Casi a la misma hora, en las instalaciones del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS), el Comité Ejecutivo de la Sección 2, celebraba otra reunión, con la asistencia de tres integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE: Rosendo Galíndez Martínez, del Colegiado de Seguridad y Derechos Sociales; Carlos Rubén López Dado, del Colegiado de Organización y, del mismo Colegiado, Julio Peralta Esteva.

Julio Peralta Esteva, Rosendo Galíndez Martínez
y Carlos Rubén López Dado.

Fue en esa reunión, cuando Rogelio Alejandro Gudiño Valenzuela, uno de los principales asesores –sus compañeros aseguran que presume de ser el principal– de Arcelia Galarza Villarino, Secretaria General de la Sección 2, se fue duro contra Rafael Ochoa Guzmán y presumió que hablaba, palabras menos, palabras más, porque no tenía pelos en la lengua, así que lo acusó de estar atrás de todo lo malo que sucedía.

Envalentonado, también intervino Ernesto Torres, persona incondicional de Irma Martínez Manríquez.

Mario Trinidad Aispuro Beltrán, del Colegiado de Organización, también habló, pero no fue tomado muy en cuenta porque “se le hizo bolas el engrudo”.

Aparte de los motivos muy personales que puedan tener Gudiño Valenzuela y Ernesto Torres, las acusaciones en contra de Ochoa Guzmán, se basan en que, Rigoberto Ramírez Godínez, del Colegiado de Negociaciones, tiene no sólo amigos, sino hasta compadres en el Movimiento de Resistencia Estatal y en el Comité de Resistencia Municipal de Tijuana –que están en posesión de las instalaciones de la Sección 2– y que, él es muy amigo del ex Secretario General José Peñuelas Hermosillo, quien a su vez, es muy, pero muy amigo de Rafael Ochoa Guzmán.

A esos amigos inconformes de Ramírez Godínez, se refirieron como “Los Cinco Malandros” que están alborotando en Tijuana.

Otro motivo: Que Rafael Ochoa Guzmán, se encuentra atrás de Guillermo Estrada Ruelas, del Nuevo Sindicalismo, para operar en contra de Irma Martínez Manríquez.

Para no alargar la historia, conocedor de la Sección 2 y, por lo tanto de quienes hablaron, intervino Julio Peralta Esteva y, los puso en paz.

Estaba aquello en su apogeo, ardiendo, apasionante para muchos, cuando se da una sorpresa que provocó bocas y ojos abiertos, caras largas y el paso de tragos gordos de pura saliva, sin tiempo de acompañarla con agua.

Entró al recinto Rafael Ochoa Guzmán, acompañado de ex secretarios de la Sección 2, muy enterado de las bravatas de Gudiño Valenzuela y Ernesto Torres.

Y, por alusión personal, pues que se refiere a las acusaciones que le hacían. Exhortó a que no se crea en los rumores y, puso como ejemplo que él no podía asegurar que Luis Antonio Rodríguez (Luis Antonio Rodríguez Díaz), que es tesorero de Ades –Caja de ahorro–, esté financiando el movimiento en contra de la Ley del Issste.

Entonces, Amado Ovidio Gil Villarello, del Colegiado de Administración y Finanzas, además de firma importante en Ades, sintió que la tierra se hundía a sus pies, que el salón daba vueltas, que le cayó un balde de agua helada en la espalda y, quienes estaban a su lado, aseguran que estaba pálido “más blanco que una hoja de papel”. ¿Quién le pasó el papelito a Ochoa Guzmán, donde estaba anotado el nombre de Luis Antonio Rodríguez? ¿Con qué fin? Cabe mencionar que Ochoa Guzmán y Gil Villarello, se encontraron “accidentalmente” y sólo se escuchó el “claro que sí, platicamos” del dirigente nacional.

Seguimos.

Durante su intervención, Ochoa Guzmán, aseguró que era el principal interesado en la tranquilidad y unidad de la Sección 2. Habló de los excesos cometidos en el Congreso Extraordinario durante la designación de Arcelia Galarza Villarino.

¡Claro que dio la oportunidad de que volvieran a hablar sus acusadores! Pero los sustos provocan amnesia y el crecimiento de pelo en la lengua.

Resulta que a Gudiño Valenzuela, que minutos antes no los tenía y le tupía duro al dirigente, pues le salieron como si hubiera bebido algún tónico mágico, se le hicieron hasta trencitas africanas y no volvió a pronunciar el nombre de Ochoa Guzmán. Por supuesto, los mal pensados, dicen que le pasó otra cosa más grave, que le faltaron… no sé que. Hubo interferencia y no captamos bien las palabras.

Al día siguiente, continuaron los encuentros y las reuniones de trabajo y… por supuesto, las acusaciones.

José Peñuelas Hermosillo y Rigoberto Ramírez Godínez (hay quien asegura que también andaba con ellos Antonio Enrique Manríquez López), iban y venían; conversaban algo con Ochoa Guzmán y, se retiraban. ¡Era la prueba de que había un complot en contra de la Sección 2! Pero pocos, muy pocos por no asegurar que nadie, se enteraron de que por instrucciones del dirigente nacional, se buscaba una reunión de acercamiento con integrantes del Movimiento de Resistencia Estatal y los comités de Resistencia Municipal.

Después de idas y vueltas, de negativas y casi aceptar, se llegó a un acuerdo: Aceptada la reunión. A eso de las 16:00 horas del miércoles 6 de junio. Veinticuatro personas que pertenecen al comité de lucha, se encontraban en La Capilla del Hotel Lucerna. Rafael Ochoa Guzmán, entró solo. Se habló con franqueza y respeto.

Se aceptó que Arcelia Galarza Villarino, se contradecía, porque en una reunión, en Hermosillo, Sonora, estuvo de acuerdo con la Ley del Issste y, tiempo después, se puso a apoyar el trámite de amparos en contra de la misma.

Se le hizo saber al dirigente nacional, que en el movimiento no participa ningún partido político; que no están bajo el mando de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, pero que sí hay contacto con ella.

Rafael Ochoa Guzmán (de acuerdo a la versión de personas del movimiento), aceptó que Arcelia actúa en forma incongruente y que le ha faltado, voluntad para el dialogo. Les invitó a buscar alternativas de solución y anunció, que se quedaría en Baja California, Carlos Rubén López Dado, para que acudieran a él, en caso de que desearan hacerle saber (al dirigente nacional) alguna información.

La reunión se dio por concluida.

Ex Secretarios Generales de la Sección 2 del SNTE.
Irma Martínez Manríquez, es además Senadora de la República.

El jueves, otra reunión y otra sorpresa mayúscula.

A los integrantes del Comité Ejecutivo Seccional, se les informó que se trasladarían a un hotel cercano al Aeropuerto Internacional de Tijuana y, así lo hicieron. Una de las personas que intervinieron en los preparativos, fue Antonio Enrique Manríquez López. Otra: Ignacio Salas.

Y, que aparece la profesora Elba Esther Gordillo Morales. Ante la sorpresa de todos, Arcelia Galarza Villarino, que se encontraba al centro del presidium, no dejó el lugar a la Presidenta del CEN del SNTE así que, quedó a un lado y, eso para muchos, fue una prueba más de la inexperiencia de la dirigente de la Sección 2. “Una raya más”.

Total que eso pasó al olvido cuando la recién llegada hace uso de la palabra y les tupe duro a los ex secretarios generales. Aquello se volvió pura alegría para los seguidores de Arcelia Galarza Villarino y de Irma Martínez Manríquez o viceversa. Aunque no lo quieran creer, hubo quienes aplaudieron a rabiar y hasta se pararon para hacerlo con más energía.

Con los ánimos desbordados, en esa misma reunión, María Asunción Mora, exigió que Rafael Ochoa Guzmán, se disculpara por haber dicho que hubo excesos en el Congreso Extraordinario. ¿Qué les parece?

Regresamos a los ex secretarios.

La profesora Elba Esther, manifestó su respeto, eso sí, para el profesor José Estrada Alvarado, a quien puso por ejemplo. Carlos Angulo Rentería, sintió que nada tenía que hacer en ese lugar, que no le venía el saco, pero hasta pensó en dejar la candidatura a diputado por el V Distrito que busca el Partido Nueva Alianza en coalición con Acción Nacional; Efraín Monrreal Gastélum, sentía que le daba un coma diabético y que ahí moriría. Es cierto que su esposa participó en el movimiento, pero aseguró que no tenía la información necesaria para decidir; Filemón Montoya Jiménez, “el Güerito travieso, que andas de aquí para allá” y que rechazó “el cacicazgo” de Irma Martínez Manríquez, quería meterse debajo de las sillas; José Peñuelas Hermosillo, se puso rojo de coraje y pidió hablar, pero una discreta señal de Rafael Ochoa Guzmán, lo detuvo, pero tuvo la oportunidad de decir que no andaba metido en el movimiento… Jesús Villa Vega, decidió que el no era ex Secretario General de la Sección 2, así que, mejor se cambió de lugar.

Por órdenes de la maestra, todos los ex secretarios, deberían trasladarse a la ciudad de México. No faltó quienes gritaran que estaban de acuerdo en que se los llevaran a la capital del país. Docenas de rostros, no podían ocultar su satisfacción. Sus ojos buscaban a Irma y Arcelia para hacerles saber, aunque fuera con una seña, que estaban con ellas.

Y, un ángel salvador intervino.

Un profesor jubilado conocido por “Willi” Navarro, entró en defensa de los ex Secretarios, de tal forma, que la profesora Elba Esther, le dio la razón y mientras la tranquilidad volvía a unos, en otros había desencanto porque no rodaron cabezas.

Ahí no acabó todo.

La profesora Gordillo Morales, exigió humildad a Irma Martínez Manríquez y a José Peñuelas Hermosillo, para que se reunieran y limaran asperezas. Se molestó cuando Arcelia le mostró una propaganda que había repartido y la cual fue considerada inadecuada. En lugar de “No a la Ley del Issste”, debería decir “Exigimos que se revise la Ley del Issste”. Galarza Villarino, abrió los ojos y no atinó a decir nada.

Y, para aquellos que atacaron al profesor Ochoa Guzmán, se llevaron la sorpresa de su vida y quedaron en ridículo, además de la enmudecida famosa, porque la Presidenta del CEN del SNTE lo puso como ejemplo de lealtad y trabajo. Y, una advertencia para Irma: No debe de olvidar, que la Senaduría la tiene prestada por Ochoa Guzmán y que, el día que quiera, puede regresar por ella. Los rostros risueños, se volvieron sorprendidos.

José Peñuelas Hermosillo
e Irma Martínez Manríquez.

Después de que se fuera la profesora Elba Esther Gordillo Morales, la senadora Irma Martínez Manríquez, buscó como desesperada al profesor José Peñuelas Hermosillo. Por fin lo encontró. La reunión quedó programada para el lunes 11 de junio, en Mexicali. Pero como Peñuelas Hermosillo no confía a la Senadora ni un saco de alacranes, pidió que estuviera por testigo el recién confirmado representante del CEN en la Sección 2, Carlos Rubén López Dado.

Y, estuvo. La reunión no fue de altura, porque casi Martínez Manríquez, decía que Peñuelas Hermosillo le sacó la lengua cuando estaba chiquita. Parecía niña reclamando acciones añejas en lugar de acordar propuestas positivas a realizar en un futuro cercano.

Mientras todo esto sucedía, los inconformes siguen con los edificios tomados y realizando manifestaciones que son minimizadas, en público, por Arcelia Galarza Villarino, Secretaria General de la Sección 2 que ahora se le ve muy acompañada por Carlos Rubén López Dado, su “Ángel Guardián” que, en ocasiones, ni con su experiencia puede salvarla.